Saberes a la Mesa

La mesa no solo es una superficie para comer; es un espacio de intercambio, un foro para compartir experiencias, un lugar para la resistencia. Compartida, la mesa nos permite sostener la vida y generar estrategias de supervivencia.

En este momento de crisis y desafíos en el que se hace tan difícil llegar a otras casas, nos invitamos a compartir una mesa diferente, para alimentarnos de otras experiencias que cuidan la vida.

El espíritu de este proyecto es el de generar un espacio de intercambio; como cuando estamos alrededor de la mesa y la realidad del otro me interpela, me sirve de guía para experimentar, jugar y cuidar la vida.

Compartimos a continuación algunas ideas o ‘piques’ que pueden ayudarnos a sobrellevar este tiempo, a ser creativos/as, a valorar los recursos con que contamos.

¡La creatividad es un don, el compartir multiplica!

 

1) “YERBAS” QUE SON COMIDA
Contribución de Ana, desde Colonia del Sacramento.

En este tiempo, creo que hablar de soberanía alimentaria familiar es algo fundamental. Es la posibilidad de producir el alimento –aunque sea un poquito- para nuestro sustento. Por supuesto que ello no es posible totalmente, pero podemos en mayor o menor grado producir algo.

Hay una leyenda sobre el origen de la agricultura:
“…La mujer, que volvía cansada al final del día de colectar los granos para alimentar su familia, tropezó y se le cayó la canasta con todos los granos. Como pudo, los recogió, y volvió a su casa.
En la temporada siguiente, luego de varios meses, cuando volvió a pasar por el lugar, vio que todas las semillas que a ella le interesaba colectar estaban juntas. Allí recordó que era el lugar donde se había caído su canasta. Y cayó en la cuenta que si ponía la semilla en la tierra, podía cultivarlas ella misma…”

Nosotros tenemos el derecho pero también la responsabilidad de producir alimento –lo que podamos- pero también de ocuparnos de esa producción y de la calidad de nuestra alimentación. Todos tenemos una responsabilidad en la producción de alimentos sanos. Más en un momento como el actual. Podremos tener sólo cajones de madera, medio tanques, envases descartables, pero si tenemos cinco horas de sol podemos producir algo: rúcula, lechuga, rabanitos, pueden ser producidos casi todo el año. Y hay poca satisfacción como la que da ver crecer vida…

Pero aún cuando creemos que no podemos cultivar nada, o que no nos saldría bien, existen muchas hierbas y plantas con las que nos cruzamos a diario, que son comestibles. “Yuyos” que viven naturalmente en el campo, en el fondo de casa o en los baldíos. Basta reconocerlos y saber usarlos. ¡Y son ricos!

Algunos ejemplos…

Diente de león

Se consumen sus flores, hojas, tallos y hasta sus raíces. En ensaladas, las hojas pueden parecer amargas, por lo que se sumergen en agua con vinagre un rato. La flor y los pimpollos se pueden freír, cocinar al vapor, comer crudos o hacerlos en pickles. La flor se usa también en ensaladas y arroces. Cocidas las hojas sirven para tartas, bocadillos. Aporta vitamina A, B y C, potasio, hierro, calcio, manganeso, magnesio, fósforo, caroteno.

Cerraja

Las hojas pueden utilizarse crudas, como sustitutas de la lechuga en la ensalada, o cocinándolas como cualquier verdura. Pueden incorporarse en tartas, junto a espinaca por ejemplo.

Verdolaga

Cuando está tierna, se consumen las hojas en ensaladas con jugo de limón y aceite de oliva. Si se condimenta es conveniente consumirla enseguida.

Los frutos se pueden preparar con sal, similar a las alcaparras. Cocida: Bien salteada o al vapor, en salsas, guisos. En jugo: se prepara zumo de verdolaga y zanahoria. ¡Tenemos recetas!

Para reconocerlas mejor, ver videos aquí:

Cerraja y Diente de león

 

Verdolaga

 

2) DIBUJAR EN CASA

Dibujo: contribución de Helena, desde Dolores.

Para niños y niñas la suspensión de las clases presenciales puede convertirse en una pesadilla, sobre todo cuando en sus casas las posibilidades se recortan. No siempre hay un patio, una buena oferta de programación o muchos puzles.
Además, la medida afecta mucho a los niños especialmente por el alejamiento que genera en vínculos que antes tenían todos los días con sus compañeros y compañeras. Detrás del aburrimiento o de un berrinche quizá puede latir un sentimiento de tristeza o soledad, la necesidad “de estar con”. Por eso, más que entretenerlos necesitamos acompañarlos, y buscar formas de que no queden socialmente aislados.
Desde Dolores, Helena nos mandó uno de los dibujos que hizo junto a sus hermanas y que colgaron en la ventana de su casa. Las personas que pasan pueden mirar y sonreír, saludar, tomar una fotografía para mostrar a alguien más. Curiosamente, el arcoíris se ha difundido porque los niños lo han visto en otras ventanas. Muchas maestras y maestros también se apropiaron de la iniciativa y lo utilizaron como una manera de seguir vinculados a sus alumnos.
Es fácil de hacer, se puede hacer entre muchas personas, se pueden organizar desafíos para que intercambien entre compañeros. El próximo puede ser más grande; el próximo puede ser en collage, puede tener dedicatoria, otro mensaje, una historia. Pero lo más importante: el próximo dibujo puede acercarme a alguien más…

 

3) AL PAN, PAN…
Contribución de David, desde Colonia Valdense.

En el Centro Emmanuel queremos compartirle lo importante que es para nosotros y nosotras el alimento y el tiempo dedicado en la cocina. Pensando qué receta diaria compartirles pensamos en el pan.
¿Por qué pan? “el pan ha estado siempre en la mesa”, “es buen acompañante”, “es algo que comemos habitualmente”, “estamos acostumbrados al pan”, “somos de la cultura del pan” afirman David, Caro y Javo que probaron esta receta juntos/as.

Hoy David nos muestra cómo hacer pancitos para que nos acompañen en todas nuestras comidas, y nos enseña también cómo guardarlos para la próxima mesa compartida.

 

Ingredientes:
800 gr de harina
1 cucharada de sal
10 gr de levadura
Un poco menos de 1 cuchara de azúcar
Agua tibia

¡Esperamos que puedas probar la receta en tu casa! Mandanos fotos de cómo quedó y con quién la compartiste.

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