Sembrar memoria, cuidar la Creación
El jueves 26 de junio compartimos una jornada significativa en el Hogar de Ancianos de Colonia Valdense, como parte de la propuesta de El Repique del Centro Emmanuel. La actividad —la elaboración de almacigueras con hojas secas— fue una excusa simple, pero cargada de sentido: reconectar con la infancia, abrir preguntas, y comenzar a proyectar junto a las personas mayores un camino compartido en torno a la Creación.
No se trató de preparar la tierra ni de sembrar aún. Lo que hicimos fue sembrar otra cosa: ideas, memorias, intuiciones. Al trabajar con hojas secas, reutilizándolas para nuevos brotes, surgieron imágenes del campo, del trabajo con las manos, del paso de las estaciones. Fue un momento para recordar que muchas vidas se han entretejido con la tierra: sembrando, cuidando animales, viviendo al ritmo del sol. Y que la tierra no es solo “naturaleza”; es madre, es maestra, es hogar. Y quizás… también es cuerpo sagrado.
Jesús, cuando hablaba del Reino, no usaba conceptos abstractos. Hablaba del grano de mostaza, de una viña, de pastores y semillas. Porque Dios se deja ver en lo sencillo, en lo natural, en lo que crece poco a poco. El Repique quiere recuperar esa mirada: una espiritualidad encarnada, vinculada a la tierra y a la vida cotidiana.
A medida que avanzaba la actividad, surgieron algunas impresiones que siguen resonando: cómo el cuerpo —como la tierra— guarda historia, memoria y misterio. A ciertas edades, el cuerpo duele, se vuelve más lento, pero también conserva el relato de una vida entera. Lo mismo la tierra: con sus marcas, sus ciclos, sus silencios, también habla y enseña.
“Si la tierra fuera el cuerpo de Dios,
los árboles serían sus brazos abiertos,
los ríos su sangre corriendo,
el viento su aliento,
y nosotras y nosotros… células vivas en ese cuerpo amado.”
Esta imagen no fue dicha explícitamente en voz alta, pero sí se dejó intuir en los gestos, en los silencios compartidos, en las manos que armaban con cuidado cada almaciguera. Fue una forma de recordar que estamos profundamente entrelazados con la creación —no como algo externo, sino como parte viva de ella.
Este primer encuentro nos ayuda a proyectar el camino por venir. Se seguirán realizando mingas biodiversas, jornadas comunitarias de trabajo solidario, en el predio del Hogar de Ancianos de Colonia Valdense: espacios para sembrar, compartir, aprender y cuidar juntas y juntos. Porque sembrar no es solo un acto técnico, sino también espiritual y colectivo. Las puertas están abiertas. Porque la Creación se cultiva mejor cuando se hace en comunidad, desde la memoria, el presente y la esperanza.








