El Centro Emmanuel nace en 1959 como espacio ecuménico para retiros y formación teológica. Surge por iniciativa de Yvonne van Berchem, inspirada por la actividad de otros centros reconocidos en Europa, como Taizé y Grandchamp. El nombre es un homenaje a Emmanuel Galland -esposo de Yvonne- quien dedicó su vida al trabajo ecuménico en Sudamérica. A esa iniciativa se agregará el trabajo, mano a mano, de personas de las iglesias metodista, valdense, menonita y evangélica del Río de la Plata.

Entre los años sesenta y setenta, el Centro participa de un tiempo de mucho diálogo a nivel ecuménico, permeado por movimientos significativos para la historia de nuestra región: la actividad de ISAL (Iglesia y Sociedad en América Latina), el impacto de la Teología de la Liberación, la exploración en el campo de la educación popular. A mediados de los ochenta y después de una larga dictadura en Uruguay, el retorno a la democracia resignifica los viejos sueños y genera nuevas búsquedas: prospera entonces la idea de iniciar una granja ecológica.

A partir de entonces, el Centro Emmanuel siguió abriendo puertas al diálogo con las necesidades y las problemáticas de su tiempo: madura el compromiso con cuestiones sociales, ambientales y de desarrollo local, temas que renuevan la reflexión teológica y alimentan una espiritualidad vinculada a la tierra.

En las últimas décadas, el Centro pudo convertirse en un espacio de referencia para la producción agroecológica, generando redes entre familias del medio rural, apoyando la formación y el intercambio de saberes. También se apostó a la sensibilización de la población en general, en el compromiso con formas más justas de relacionarnos con la Creación. En sintonía con ese objetivo, hoy se acompaña a las organizaciones sociales, iglesias e instituciones educativas en la incorporación de la dimensión socio-ambiental como un elemento de importancia para la reflexión y para generar acciones concretas.

Complementando ese trabajo, en 2016 el Centro Emmanuel incorporó el área de Ecoteología, una dimensión que teje un puente entre el compromiso socio-ambiental y la fe compartida. Esto ha renovado nuestra forma de pensar la formación teológica y la interpretación bíblica, revitalizando el trabajo intergeneracional, los retiros y campamentos.

Hoy podemos decir que en el Centro Emmanuel agroecología, ecoteología y educación son como tres hermanas que salieron a sembrar. Cada una a su modo y tiempo, con sus saberes y sus búsquedas. Lo hacen compartiendo los frutos y abrazando la tierra, renovando la esperanza en un mundo más justo.