Se elaboran principalmente en base a verduras y en menor cantidad fruta, sólo para endulzar un poquito. Estas bebidas nos permiten ingerir gran cantidad de verduras de forma fácil y rápida.

Son un alimento con gran concentración de nutrientes muy beneficiosos para todos los sistemas del organismo.

Si estás empezando con estas preparaciones es importante saber que no son tan dulces, ni tan sabrosas como los jugos de frutas y al principio su sabor nos puede resultar un poco fuerte.

También puede que al principio se presenten dudas y no saber muy bien qué ingredientes utilizar. Podríamos establecer una receta base: fruta (manzana, pera, cítricos), una verdura que contenga bastante agua (apio por ej.), hojas verdes (las espinacas son las que tienen sabor más suave, pero mientras más oscuro es el verde más hierro tiene el alimento) y otros ingredientes para enriquecer el licuado (jengibre, cúrcuma, jugo de limón, maca, espirulina, semillas de Chía hidratadas, etc.).

Entre los beneficios que nos aportan, podemos destacar:

Es rico en antioxidantes gracias a todas las verduras verdes.

Está lleno de nutrientes fáciles de absorber, minerales y fitonutrientes. Al beberlos, el cuerpo los procesa fácilmente.

Aumento significativo del nivel de energía y vitalidad.

Mejora la digestión.

Dos recetas para empezar a probar:

2 tazas de espinacas crudas
2 naranjas sin cascara ni semilla
2 ramas de apio
1 trozo de jengibre fresco (unos 2 cm aprox.)

2 puñados de hojas verdes oscuras (kale, hojas de brócoli o coliflor, repollo) sin la nervadura central
2 ramas de apio
1 pera
1 trozo de jengibre fresco