Contribución de Ana, desde Colonia del Sacramento.

En este tiempo, creo que hablar de soberanía alimentaria familiar es algo fundamental. Es la posibilidad de producir el alimento –aunque sea un poquito- para nuestro sustento. Por supuesto que ello no es posible totalmente, pero podemos en mayor o menor grado producir algo.

Hay una leyenda sobre el origen de la agricultura:
“…La mujer, que volvía cansada al final del día de colectar los granos para alimentar su familia, tropezó y se le cayó la canasta con todos los granos. Como pudo, los recogió, y volvió a su casa.
En la temporada siguiente, luego de varios meses, cuando volvió a pasar por el lugar, vio que todas las semillas que a ella le interesaba colectar estaban juntas. Allí recordó que era el lugar donde se había caído su canasta. Y cayó en la cuenta que si ponía la semilla en la tierra, podía cultivarlas ella misma…”

Nosotros tenemos el derecho pero también la responsabilidad de producir alimento –lo que podamos- pero también de ocuparnos de esa producción y de la calidad de nuestra alimentación. Todos tenemos una responsabilidad en la producción de alimentos sanos. Más en un momento como el actual. Podremos tener sólo cajones de madera, medio tanques, envases descartables, pero si tenemos cinco horas de sol podemos producir algo: rúcula, lechuga, rabanitos, pueden ser producidos casi todo el año. Y hay poca satisfacción como la que da ver crecer vida…

Pero aún cuando creemos que no podemos cultivar nada, o que no nos saldría bien, existen muchas hierbas y plantas con las que nos cruzamos a diario, que son comestibles. “Yuyos” que viven naturalmente en el campo, en el fondo de casa o en los baldíos. Basta reconocerlos y saber usarlos. ¡Y son ricos!

Algunos ejemplos…

Diente de león

Se consumen sus flores, hojas, tallos y hasta sus raíces. En ensaladas, las hojas pueden parecer amargas, por lo que se sumergen en agua con vinagre un rato. La flor y los pimpollos se pueden freír, cocinar al vapor, comer crudos o hacerlos en pickles. La flor se usa también en ensaladas y arroces. Cocidas las hojas sirven para tartas, bocadillos. Aporta vitamina A, B y C, potasio, hierro, calcio, manganeso, magnesio, fósforo, caroteno.

Cerraja

Las hojas pueden utilizarse crudas, como sustitutas de la lechuga en la ensalada, o cocinándolas como cualquier verdura. Pueden incorporarse en tartas, junto a espinaca por ejemplo.

Verdolaga

Cuando está tierna, se consumen las hojas en ensaladas con jugo de limón y aceite de oliva. Si se condimenta es conveniente consumirla enseguida.

Los frutos se pueden preparar con sal, similar a las alcaparras. Cocida: Bien salteada o al vapor, en salsas, guisos. En jugo: se prepara zumo de verdolaga y zanahoria. ¡Tenemos recetas!

Para reconocerlas mejor, ver videos aquí:

Cerraja y Diente de león

 

Verdolaga