Dibujo: contribución de Helena, desde Dolores.
Para niños y niñas la suspensión de las clases presenciales puede convertirse en una pesadilla, sobre todo cuando en sus casas las posibilidades se recortan. No siempre hay un patio, una buena oferta de programación o muchos puzles.
Además, la medida afecta mucho a los niños especialmente por el alejamiento que genera en vínculos que antes tenían todos los días con sus compañeros y compañeras. Detrás del aburrimiento o de un berrinche quizá puede latir un sentimiento de tristeza o soledad, la necesidad “de estar con”. Por eso, más que entretenerlos necesitamos acompañarlos, y buscar formas de que no queden socialmente aislados.
Desde Dolores, Helena nos mandó uno de los dibujos que hizo junto a sus hermanas y que colgaron en la ventana de su casa. Las personas que pasan pueden mirar y sonreír, saludar, tomar una fotografía para mostrar a alguien más. Curiosamente, el arcoíris se ha difundido porque los niños lo han visto en otras ventanas. Muchas maestras y maestros también se apropiaron de la iniciativa y lo utilizaron como una manera de seguir vinculados a sus alumnos.
Es fácil de hacer, se puede hacer entre muchas personas, se pueden organizar desafíos para que intercambien entre compañeros. El próximo puede ser más grande; el próximo puede ser en collage, puede tener dedicatoria, otro mensaje, una historia. Pero lo más importante: el próximo dibujo puede acercarme a alguien más…
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