Testimonio desde Nueva Helvecia
Por Marco Bottoni, cura párroco de la Iglesia Católica de Nueva Helvecia.
“Cuando fue proclamada la emergencia sanitaria en marzo y se suspendieron todas las actividades de reunión –nos cuenta Marco-, busqué otras formas de cercanía en la distancia; como un blog, mensajes por teléfono, videos en Youtube o reuniones en plataformas de encuentro.
Llevé semanas con ansias por mi país, Italia. Me pregunté además qué podía hacer aquí la Iglesia Católica en beneficio de los más necesitados, cuando se estaba activando una olla popular y también un merendero. Por eso hoy tengo en la puerta de entrada de ingreso al templo parroquial una canasta con pan que voy preparando cada día, para que quien pase pueda levantarlo. Y la mayoría de los días no queda ni un trozo”
En este tiempo de dificultad, Marco recuerda un texto bíblico sobre las ofrendas que recibía el templo de Jerusalén; entre ellas, el pan consagrado a Dios (Levítico cap.24). ¿Cómo no sentir, en un momento como este, que lo que podamos hacer por otras personas es una ofrenda a Dios? Algo tan sencillo como un trozo de pan también puede ser ofrenda, gesto de gratitud hacia un Dios que busca proteger y cobijar a las personas más vulnerables.
“Sabemos que Jesús superará esta ley –nos dice Marco-, y que ofrecerá un pan para todos. Y sobre todo, nos recordará que en el pobre él está presente, y en todo aquel que se beneficia del pan que ofrecemos”
Vea el video aquí: