El pasado 7 de septiembre, el Centro Emmanuel tuvo la alegría de visitar el Barrio Borro en Montevideo, donde se vivió una jornada muy especial junto a la comunidad local y la Obra Ecuménica del Barrio Borro (OEBB). Este encuentro fue un espacio de trabajo comunitario y de conexión con la naturaleza, en el que participaron jóvenes, adolescentes, niños y sus familias. 

La actividad central giró en torno al cuidado de la creación y la agroecología, conceptos que no solo se discutieron, sino que se vivieron a través del trabajo en la huerta. Entre todos, se plantaron lechugas, repollos y se prepararon bombas de semillas. Cada acción estaba impregnada de la idea de cuidar la tierra y de crear un entorno más sano para todos, en un ejercicio donde lo práctico se convirtió en reflexión. 

Lo más bonito del día fue ver cómo las diferentes generaciones, desde los más pequeños hasta los adultos, se unieron en torno a la huerta. El trabajo no solo sirvió para enseñar sobre la importancia de cultivar alimentos sanos, sino que fue una oportunidad para fortalecer los lazos dentro de la comunidad. Todos aportaron algo, ya fuera a través de la tierra, las plantas o simplemente compartiendo historias y risas. 

Este tipo de actividades están generando un impacto positivo en la comunidad, y lo mejor es que se está «repicando». Cada vez más familias están empezando a interesarse en la agroecología y en cómo este enfoque puede mejorar no solo la salud de las personas, sino también la del entorno. Lo que comenzó como un pequeño proyecto de huerta se está convirtiendo en un movimiento que inspira a otros a involucrarse. 

Al final del día, se compartió una merienda comunitaria, un momento para celebrar lo que se ha logrado juntos. Este espacio fue clave para seguir fortaleciendo la unión y reafirmar la importancia de compartir en comunidad. 

Celebramos las iniciativas y el trabajo de OEBB, y esperamos seguir repicando juntos y juntas en este andar agroecológico para el cuidado de la creación. Esta experiencia nos muestra que el trabajo colectivo, por pequeño que parezca, tiene el poder de transformar realidades. La comunidad del Barrio Borro está siendo ejemplo de cómo, al cuidar la creación y trabajar unidos, se pueden fortalecer los vínculos entre las personas y crear un futuro más sostenible.