“La tierra, bien común y no commoditie” y “Restaurar la tierra, proteger el clima” fueron los títulos de las conferencias que reunieron a referentes de iglesias, academias y organizaciones sociales de todo el mundo, entre ellas el Centro Emmanuel. Ambas consultas se realizaron en la Universidad Saint Paul a las afueras de Nairobi, Kenya, entre los días 28 al 30 de agosto y 1° al 3 de septiembre respectivamente. 

El secretario de promoción Josué Charbonnier representó al Centro Emmanuel, exponiendo en dos paneles acerca de la importancia de la biodiversidad para el cuidado de la vida en el Planeta, a partir de una comprensión del mandato de “ser según su especie” que Dios establece en Génesis para toda la Creación. Los servicios ecosistémicos pueden ser entendidos entonces no como una muestra más del antropocentrismo que impera en los modelos de desarrollo extractivistas actuales, sino como la razón de “servir” intrínseca a cada individuo de cada especie, para sostener el milagro de la vida sobre la Tierra, para sostener la biodiversidad. Como experiencia local, se hizo énfasis en la campaña EL REPIQUE como una acción concreta desde las iglesias para la regeneración de flora nativa y hábitat para especies originarias. 

La consulta “Tierra, bien común y no commoditie” fue realizada en el marco del programa por una Nueva Arquitectura Financiera y Económica Internacional (NIFEA, por sus siglas en inglés), sostenido por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, Federación Luterana Mundial, Consejo Metodista Mundial y Consejo para la Misión Mundial. Por su parte, la consulta “Restaurar la tierra, proteger el clima” se corresponde a un interés del CMI por potenciar las redes de trabajo sobre justicia climática, adaptación, resiliencia y uso de la tierra. 

En ambos encuentros se tuvo la posibilidad de escuchar intervenciones de teólogas, activistas, defensores de derechos civiles, promotoras de agricultura regenerativa, campesinos, profesoras universitarios y ministros de iglesias con proyectos de reforestación, acompañamiento a comunidades desposeídas de sus tierras y promoción de prácticas ecológicas dentro de las congregaciones. Más de 30 participantes en cada evento, provenientes de los 5 continentes, presentaron, intercambiaron y debatieron sobre las mejores estrategias para la incidencia pública y el reforzamiento del compromiso eclesial con acciones concretas contra el cambio climático y a favor de los derechos de campesinos, pueblos originarios, mujeres e infancias que son expulsados de sus tierras como consecuencia del modelo extractivista, que a su vez destruye el ambiente y expone cada vez más al sistema de vida sobre la Tierra a un punto sin retorno.