“En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra.
La tierra no tenía entonces ninguna forma
todo era un mar profundo …
y el espíritu de Dios se movía sobre el agua”
Génesis 1:1-2
Esta confesión de fe, que se presenta en la primera página de la Biblia, marca que el agua estaba desde un principio, desde los primeros tiempos. Quienes escribieron estas palabras, ya reconocías lo vital del agua, mucho antes que la aparición de las plantas, los animales y los seres humanos. El agua como base de la Creación de Dios.
Sabemos que todos los procesos vitales necesitan agua, desde la multiplicación de una partícula pequeña como un virus que nos causa complicaciones, hasta el ser más grande de la tierra.
Las plantas, especialmente los árboles, actúan como bombas que extraen el agua del suelo, la utilizan para transportar nutrientes y metabolitos y en todas sus funciones para crecer, y luego la devuelven al aire como vapor de agua para que pueda seguir su ciclo. Luego, se formarán nubes que traerán la tan ansiada lluvia.
Este ciclo se ha visto cortado en varios lugares, y es ahí cuando aparecen las sequías. La selva amazónica que producía grandes “ríos voladores” de agua en la atmósfera, se ha visto arrasada en gran medida, por el agro-negocio pues la selva “molesta” para plantar cultivos como soja y praderas. Les invitamos a mirar una foto satelital del Amazonas donde se ve el avance del desmonte de la selva y las chacras.
Pero también en nuestros arroyos y ríos, el monte galería que acompañaba la rivera de los mismos ha desaparecido en gran parte por el mismo motivo, plantar más y más, para obtener más lucro, sin pensar que, en realidad, estamos cortando ciclos que después nos perjudican a todos/as.
Así, la erosión que igual se da con el sistema de siembra directa, hace que parte del suelo quede en el agua, colmatando los cursos de agua y llenándolos de nutrientes como Fósforo (P) y Nitrógeno (N). De ahí la proliferación de cianobacterias que utilizan esos nutrientes, junto con la energía del sol que da de lleno sobre el curso de agua, ya que no hay árboles que sombreen.
En esa agua no solo hay excesos de nutrientes, sino también productos de síntesis química y sus metabolitos, que más allá o más acá es la que usamos en nuestra casa, en nuestra huerta, en la ciudad, en el campo, en nuestros sistemas productivos para cultivos y para el ganado.
La sequía, nos dio en la cara la realidad, de que urge el cuidado de este recurso básico.
¡¡¡Las personas somos 70% agua!!!
Por ese motivo, desde el Centro Emmanuel proponemos:
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Hacer un uso consciente del agua en las tareas diarias tanto en nuestros hogares, lugares de trabajo, estudio, etc., sea de OSE o de pozo. Las reservas son las mismas!
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Promover huertas agroecológicas donde el ciclo del agua desde un suelo vivo se restituya.
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Promover que productores y productoras familiares sean conscientes del uso que le dan al agua que tienen disponible, fomentando un suelo vivo que actúe como reservorio de agua.
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No realizar más desmonte al lado de cañadas, arroyos y ríos.
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Plantar árboles, en especial nativos, que están adaptados a nuestras condiciones, tanto en el campo, para sombra de animales, personas, como para refugio de fauna silvestre (aves, insectos, etc.) que, entre otras cosas, nos ayudarán a controlar a otros insectos que causan daños.
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Reflexionar antes de ensuciar el agua de una cañada, arroyo o río: por lavado de máquinas con restos de productos químicos, por ingreso de animales que bostean y orinan, por nylons y otros desechos, siendo conscientes que esa misma agua es la que necesitamos para vivir.
Por todo esto te invitamos en este Día del Medio Ambiente, a reflexionar que el ambiente es parte de nosotros/as, y nosotras/os de él, y que es fundamental cuidarlo y restituirlo, como el agua, para seguir viviendo en este planeta. En este marco, como Centro Emmanuel nos adherimos al comunicado de RETEMA-Udelar frente a la crisis hídrica y socioambiental que invitamos a su lectura.
Compartimos, por último, una serie de videos disponibles en nuestro canal de Youtube, acerca de la biodiversidad en el marco de las investigaciones agroecológicas que llevamos adelante junto a instituciones amigas:
