El pasado jueves despedimos a Briggite Malan, ingeniera química, productora familiar y quesera que supo ser gran amiga y hermana de nuestro Centro Emmanuel. Su desempeño al frente del establecimiento La Brida, el compromiso con la quesería artesanal y con varias instituciones de la sociedad civil, y su participación activa en la Iglesia Valdense han llevado a que varios medios locales se hicieran eco de esta triste noticia.
Su ausencia nos impacta por lo inesperada e injusta de su partida. Sin embargo, no queremos perder la oportunidad para reconocer en Briggite los dones y la frescura que nos ha legado.
Como tantos pequeños productores de la zona, Briggite y su esposo Daniel han caminado junto al Centro Emmanuel por muchos años. En 2012, la idea de revalorizar el acervo cultural de Colonia Valdense la empujó al ambicioso proyecto de pensar junto a otros/as un pequeño recorrido por la ciudad que transportara a los visitantes no solo por la historia sino también por la actualidad de la zona.
Más adelante Briggite prestó su casa, su voz, su gestualidad cálida y su sensibilidad a la realización de varios videos y tomas, que fue el ensayo de lo que luego sería un breve documental llamado A Contrapedal. Este fue el fruto de un taller sobre producción audiovisual realizado en 2014 aquí en el Centro Emmanuel.
Entre los materiales recogidos en aquel encuentro, hoy descubrimos una pieza que gana un sentido mucho más profundo y movilizador. Con la frescura que ya extrañamos, hoy escuchamos una vez más la voz –cuyas palabras transcribimos- de nuestra hermana y amiga Briggite.
Gracias, Dios, por el tiempo compartido. Gracias por su fe vivenciada en lo cotidiano, por el amor a la vida, por el optimismo que no renuncia. Hubiésemos querido compartir más con ella.
“Creo en Dios, como base. Yo siempre pude elegir. Soy optimista, soy optimista pensando en el futuro”